Orígen del Griego

Idioma griego


Griego
ελληνικά / elliniká
Hablado en Flag of Greece.svg Grecia (11 millones)
Bandera de Chipre Chipre
Flag of Europe.svg Unión Europea
Regiones de Italia, Albania y pequeñas comunidades en distintas partes del mundo.
Región Sureste de Europa
Hablantes 12 a 15 millones
Familia Lenguas indoeuropeas
 Griego
Alfabeto Griego
Estatus oficial
Oficial en Flag of Greece.svg Grecia
Bandera de Chipre Chipre
Flag of Europe.svg Unión Europea
Bandera de Italia Italia
 (lengua minoritaria en algunas zonas)
Regulado por No está regulado
Códigos
ISO 639-1 el
ISO 639-2 gre (B) - ell (T)
ISO 639-3 Cada variedad tiene un código propio
grcGriego antiguo
ellGriego moderno
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Extensión del Griego
La lengua griega (Ελληνική γλώσσα elinikí glosa), tal y como se la conoce hoy en día, tiene su origen en el griego antiguo, tras sufrir fuertes transformaciones. De ahí las denominaciones griego antiguo, griego medieval, y griego moderno que reciben los estadios evolutivos anteriores. Su variante moderna (demotikí 'popular') es el idioma oficial de Grecia y de Chipre. También existen en la actualidad minorías de lengua griega presentes desde hace más de dos mil años en el sur de Albania y el sur de Italia (Grecia Salentina) ubicada en el sur de Apulia donde se habla el salentino, y en Bovesia y Regio de Calabria en el sur de Calabria donde se habla la lengua greka.
Igualmente existen minorías griegas desde hace más de dos mil años en territorios hoy ocupados por Turquía, principalmente Constantinopla, Esmirna, otras zonas de la Tracia Oriental y las costas anatólicas del Mar Egeo y el Mar de Mármara. De modo semejante son antiquísimas las muy pequeñas comunidades grecoparlantes existentes en algunos sitios costeros de la república de Georgia (incluyendo Pitiys, en la costa de Abjasia), en la península de Crimea, y en las costas de Bulgaria y Rumania.
Desde finales del siglo XIX existen algunas comunidades grecoparlantes descendientes de emigrados en Francia, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos, Canadá, Australia, Brasil, Chile, Uruguay y Argentina.
Pese al área de dispersión y a su gran importancia histórica y filológica (por ejemplo, los idiomas europeos más importantes de la actualidad poseen millares de palabras de uso común con étimos griegos), se considera que el griego es hablado usualmente por solo unos dieciséis millones de personas en el 2006 lo cual contrasta con la importancia del idioma dentro de la cultura global.
El idioma griego es en el presente el único representante de la subfamilia griega incluida en la gran familia de lenguas derivadas de un hipotético antepasado común conocido como protoindoeuropeo.
La familia lingüística del indoeuropeo, formada por lenguas hermanas originadas en él, está constituida por: el sánscrito, el persa, el pali, el armenio, el albanés, el griego, el latín, el celta, el germano, el baltoeslavo, el extinto tocario etc. y todos los actuales idiomas indoeuropeos (castellano, francés, inglés, ruso, hindi, portugués, italiano, entre otros, por citar sólo los de mayor número de hablantes y difusión mundial).

Contenido

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Historia de la lengua griega [editar]

Texto griego.
Las lenguas o dialectos griegos constituyen juntos la subfamilia helénica de la familia indoeuropea. Con un registro escrito de unos 3400 años, el griego, es la lengua (propiamente grupo de lenguas) cuyo desarrollo histórico puede seguirse durante un mayor período, rivalizando globalmente tan solo con los escritos en lenguas chinas y egipcias.

Orígenes [editar]

Artículo principal: Prehistoria del griego
Dentro de la cultura occidental la lengua griega ha tenido un impacto cultural muy considerable, llegando a ser la principal fuente de neologismos en léxico. Desde el punto de vista histórico y filogenético el griego clásico y las otras formas de griego son lenguas indoeuropeas resultado de la evolución a partir del proto-indoeuropeo o, mejor dicho, el complejo de lenguas indoeuropeas que desde el V milenio a. C. fueron traídas por pueblos seminómadas a Europa (probablemente porcedente de las llanuras que se extienden de los Urales a los montes Tianshan, que cierran el paso al Xingiang y la Mongolia interior (hoy dentro de China).
La lengua griega, al igual que las lenguas del grupo indoario y armenio, deriva lingüísticamente de los dialectos hablados pueblos indoeuropeos. Se ha conjeturado que dichos puelbos se habrían desplazado a mediados del cuarto milenio antes de nuestra era desde las estepas del norte del Mar Negro (o Ponto Euxino) al valle bajo del río Danubio. Desde esta región los hablantes de proto-helénico se desplazaron en dirección sur, hacia la Península Balcánica, llegando hasta el Epiro y Macedonia, donde se configuraron dos ramas dialectales diferenciadas: el griego oriental, más innovador y cuyos hablantes se desplazaron hacia el Sur durante la primera mitad del segundo milenio a.C., dando lugar a los dialectos jónico y aqueo, y el griego occidental, más conservador y del que se derivaron los dialectos dórico y eólico.

Griego arcaico [editar]

Durante el curso del segundo milenio a.C. se estima que pueblos de lengua griega llegaron a la península griega y a algunas islas del Egeo la primera ola de hablantes de dialectos griegos. Homero llama a estos primeros griegos ajaioi (αχαιοι, aqueos), que son citados en las fuentes hititas como ajjiiaua. El habla de estos aqueos parece ser la base de lo que más tarde constituyó la base de los dialectos jónico-áticos. Se conoce muy poco sobre los pelasgos, habitantes pregriegos de la península griega que fueron, o bien desplazados, o bien absorbidos por hablantes griegos. Los grupos consonánticos nth y ss que proliferan en la toponimia de Grecia: Knossos, Korinzos, Zakinzos, y en los nombres de plantas: akanza (arbusto espinoso), kyparissos (ciprés), etc. son de origen pelásgico (una lengua de la que no se sabe si era o no indoeuropea). Tampoco sabemos mucho sobre los minoicos de Creta, que nos dejaron numerosas inscripciones en Lineal A y hablaban una lengua no indoeuropea la cual sin embargo con toda probabilidad debe haber dejado —en cuanto substrato— importantes huellas en el griego dado el grado de importancia cultural y socioeconómica a la cual llegaron las civilizaciones minoica y la cicládica en la cuenca del Mar Egeo.
Estos aqueos, muy influidos culturalmente por la civilización minoica (tal como se observa en su arte) dieron lugar a la importante civilización micénica durante la edad de Bronce, que abarca desde el 1500 a. C. al 1100 a. C. Del griego de estas gentes tenemos las inscripciones en escritura Lineal B, derivada de la escritura lineal A minoica. La lengua de estas inscripciones en bustrófedon es claramente una forma de griego, bastante uniforme a lo largo de todo su dominio, que se conoce como griego micénico. En el s. XI a. C., la civilización micénica llega a su fin a causa de las invasiones de otro grupo griego, hablantes de dialectos dóricos, que ocuparon el Peloponeso y Grecia Oriental. A esta época le sigue una importante redistribución de pueblos griegos, y el lineal B deja de usarse, entrándose en una época oscura de la que se carece de testimonios escritos directos.
Entre los siglos XI y VIII a. C. se escribieron los poemas homéricos, basados en una tradición oral anterior que se remontaría a la época micénica. Estos poemas fueron escritos en una mezcla de dialectos eolios y dialectos jónicos y en un alfabeto basado en un modelo fenicio, en el que se reutilizaron ciertos símbolos alfabéticos correspondientes a laringales inexistentes en griego como símbolos para escribir las vocales (en una lengua semítica las vocales no resultan tan necesarias para la comprensión de lo escrito y eso explica en parte porqué los alfabetos semíticos suelen carecer de ellas). Este alfabeto griego sería adoptado por los diversos pueblos griegos y en una de sus versiones fue adaptado por los etruscos y de ellos pasó a los latinos, convirtiéndose en el sistema de escritura más universal.

Griego antiguo [editar]

Famoso comienzo de la Ilíada de Homero en el que se canta la cólera de Aquiles, hijo de Peleo.
El llamado griego clásico es una forma literaria estandarizada basada en el habla de Atenas que era un dialecto ático con una fuerte influencia jónica (llamado también jónico-ático). Además de este griego clásico siempre existieron otras variantes de griego en la antigüedad llamadas usualmente #Dialectos del griego antiguo por más que realmente deben concebirse como lenguas griegas diferentes del griego ático, aunque estrechamente emparentadas con él. Las obras más reconocidas de la literatura griega están escritas en griego clásico. Esta variante de griego constituyó importante fuente de la tradición cultural occidental, y en ella escribieron autores como: Esquilo, Sófocles, Eurípides, Aristófanes, Safo, Anacreonte, Píndaro, Menandro, Platón, Aristóteles, Demóstenes, Heródoto, Tucídides y Jenofonte.
Hacia los primeros años de nuestra era, este griego clásico había sufrido ciertos cambios fonéticos y además había tomado formas de otros dialectos, y habían ido eliminándose algunas peculiaridades que distinguían el área dialectal de Atenas, dando lugar a una forma de griego conocida como hê koinê dialektos (lengua común) o griego helenístico utilizado por los autores de Alejandría (quienes utilizaban el dialecto llamado alexandriné koiné) y Bizancio, que llegó junto con el latín, a ser lengua oficial del Imperio Romano (en el área oriental del Imperio Romano se utilizaba como lengua general la koiné griega, y esto se reforzó al dividirse el Imperio Romano en el 395, de modo que el Imperio Romano de Oriente era un estado preeminentemente grecófono). Durante el período bizantino se registran ciertos cambios fonéticos que harán evolucionar este griego helenístico hacia lo que se conoce como griego bizantino el principal dialecto del llamado griego medieval, la lengua popular de Bizancio, que es la base del moderno griego.

Dialectos del griego antiguo [editar]

Artículo principal: lenguas griegas
Extensión de los dialectos griegos antiguos
1 a 4: eólico
5: jónico y 6: ático
7 a 14: dórico
15 a 18: noroccidental
19 a 21: arcado-chipriota
La lengua griega de la antigüedad se hablaba no sólo en la antigua Grecia peninsular, sino también en las colonias, dando lugar a los distintos dialectos que conocemos de la misma.
El griego que a menudo se estudia como modelo de lengua de la antigüedad es el que corresponde al dialecto ático, ya que literariamente llegó a superar a todos los demás dialectos, principalmente en los siglos V a. C. (también conocido como el «Siglo de Pericles») y en el IV a. C. En este dialecto escribieron los grandes autores de la literatura griega: los poetas trágicos Esquilo, Sófocles y Eurípides, el poeta cómico Aristófanes, los historiadores Tucídides y Jenofonte, el filósofo Platón y los oradores Lisias, Demóstenes y Esquines. El ático se caracterizaba por su eufonía —poseía cierta calidad musical— debida a la contracción de las vocales y al uso equilibrado de los diptongos, acentos y pneumas; por este motivo y por la importancia comercial y cultural de Atenas, especialmente a partir del Helenismo resultó el dialecto que sirvió de modelo para la constitución del conjunto idiomático común (koiné) de los hablantes de griego.

La lengua común [editar]

A partir de la unificación de Grecia bajo Filipo de Macedonia, el dialecto ático, ligeramente alterado por el contacto con los demás dialectos, se impuso como lengua literaria en toda Grecia y se extendió con las conquistas de Alejandro Magno a todo el Oriente.
El dialecto resultante se llamó lengua común o koinè glôssa [κοινὴ γλώσσα]. En ella escribieron, entre otros, el filósofo Aristóteles, el historiador Polibio y el moralista Plutarco. Asimismo, este dialecto constituye el fondo del griego bíblico, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.
La koinè también se difundió en gran parte de las costas occidentales del Mar Mediterráneo hoy correspondientes a los estados de Italia, Francia y España, de modo que se hablaba o era muy conocida durante el helenismo -por ejemplo- en Neapolis, Tarantos, Siracusa, Panormos, Sýbaris, Brindisi, Akragas, Crotona, Region, Nikaia, Monoikos, Antípolis, Massalia, Narbona, Sagunto, Emporion y Cirenaica (noreste de la actual Libia).
Durante el período bizantino la lengua griega perdió su antiguo carácter, por la evolución de sus formas y por la mezcla de elementos extraños, dando origen al griego moderno. De este modo al resurgir el estado griego en el siglo XIX se planteó un dilema, o «depurar» el idioma volviendo al clásico (al llamado kazarévusa) o mantener el ya usual «neoheleno» o demótiko (popular), ha prevalecido la segunda de las opciones aunque en la literatura suele usarse el kazarévusa.

Griego moderno [editar]

Artículo principal: Griego moderno
El griego moderno, lengua oficial de Grecia y Chipre, es una lengua diferente del griego antiguo con características gramaticales y fonológicas diferentes resultado de la siglos de cambio lingüístico durante los cuales las estructuras del griego antiguo cambiaron hasta dar lugar a una lengua diferente. Dicho de otra manera los hablantes de griego moderno no son capaces de comprender los textos en griego antiguo, si previamente no han estudiado dicha lengua, porque aunque ambas lenguas están relacionadas, no son mútuamente inteligibles, de la misma manera que el español moderno y el latín no son mútuamente comprensibles. En cierto sentido el griego moderno es al griego antiguo lo que las lenguas romances son al latín clásico.

Actuales dialectos [editar]

  • Póntico-capadocio hablado hasta 1921 en las costas anatólicas del Mar Negro (por ejemplo en las ciudades de Trapesonte y Sinope), la derrota que sufrieron los griegos por parte de los turcos en esos años, derrota seguida de genocidio por parte de los otomanos hizo que -como la mayoría de los griegos de Constantinopla, Jonia y Tracia Oriental- los hablantes supervivientes se refugiaran en el territorio mantenido por el estado griego, aún algunos millares de personas hablan este dialecto, en especial el póntico, en su región ancestral.
  • Tsacónico, dialecto de directa procedencia dórica hablado en la pequeña región de Tsaconia en la costa noreste del Peloponeso al este de la ciudad de Tripolis.
  • grecánico, dialecto hablado en algunos puntos costeros del extremo sur de la península italiana, el número de sus hablantes se ha reducido mucho, siendo unos 5.000 en el 2006, una de las características diferenciales más evidentes de este dialecto es que se escribe con caracteres latinos.
  • grico o griego salentino, dialecto hablado en dos áreas hoy aisladas del extremo sudeste de la península italiana en las proximidades de Lecce el principal enclave y casi inmediatamente al sur de Tarento el segundo enclave (más exactamente en Talsano). Es de notar que hacia 1900 el 80% de los habitantes de la Península Salentina (el tacón de la «bota italiana») hablaba el grico mientras que hacia el 2001 el porcentaje se había reducido a aproximadamente un 30%. El grico hoy está aceptado por Italia como una lengua de minoría étnica nativa en la llamada Grecia Salentina.
Como el grecánico, el grico se suele escribir con caracteres latinos.

Alfabeto [editar]

Artículo principal: Alfabeto griego
El alfabeto utilizado por el griego moderno es prácticamente el mismo del griego clásico, sólo se ha modificado el sonido de algunas letras:
letra nombre pronunciación fonética actual
Α α alfa [a]; diptongo αι suena [e]
Β β beta [v] (labiodental); μβ ([b] al inicio de palabra, [mb] en medio)
Γ γ gamma [g] ante [a, e, i, o y u]; γγ [ng] *Corrección 1 al final del cuadro.
Δ δ delta [δ] (como la «d» de sed); ντ ([d] al inicio de palabra, [nd] en medio)
Ε ε épsilon [e]; ει [i]
Ζ ζ dseta [z] (suena como la zz italiana en "pizza") **Corrección 2 al final del cuadro.
H η eta [i] en algunos casos, [e]
Θ θ theta [θ] (como una «z» en español de España), [th] inglesa
Ι ι iota [i] *** Corrección 3 al final del cuadro.
K κ kappa, cappa [k]; γκ [gk] al inicio de palabra, [ŋk] en medio
Λ λ lambda [l]; λλ, por separado, (bal-lena)
Μ μ mi [m]
Ν ν ni [n]
Ξ ξ xi [ks]
Ο ο ómicron [o]; ου [u]; οι [i]
Π π pi [p]; μπ [b] al inicio de palabra, [mb] en medio
Ρ ρ ro [r]
Σ σ, ς sigma [s] σ al inicio o medio de la palabra, ς únicamente al final.
Τ τ tau [t]; ντ [d] al inicio de palabra, [nd] en medio; τζ [y]
Υ υ ýpsilon [i]; forma el sonido "u" con omicron: ου [u], "u" francesa [ü]
Φ φ fi [f]
Χ χ ji [x] como la («j» de cajón); [ç] («j» chilena) ante [i, e]; γχ [ŋx] o [ŋç].
Ψ ψ psi [ps]
Ω ω ó mega [o]
En cambio quedaron obsoletas algunas letras dialectales o arcaicas usadas hacia los siglos VII y VI a. C. tales como la doble gamma o digamma (valor fonético aproximado: (w), la qoppa (q), la sampi o disigma (hs) y la stigma (ts) y la san (s). También cayó en desuso una forma de escribir la letra sigma usada en el koiné alejandrino y en el griego bizantino cuyo grafema era una ce, letra que ha quedado como legado en el alfabeto cirílico con el valor fonético de s.
Corrección 1
La letra Γ γ (gamma) no tiene sonido diferenciado delante de las vocales e, i.
Corrección 2
el sonido de la letra Ζ ζ se asemeja a la zz italiana en "pizza", aunque menos enfatizado.
Corrección 3
Ι ι (iota) suena siempre "i" y no es "semivocálica".



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Orígen del Latín



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Latín


Latín
lingua latina, latinō
Hablado en
Imperio Romano y Europa Occidental de la Antigüedad y Edad Media.
Región
Originalmente en la Península Itálica, luego en la zona de influencia del Imperio Romano y toda Europa Occidental.
Hablantes • Nativos:
• Otros:
Estado de la Ciudad del Vaticano, Iglesia Católica. • Ninguno
• Usada en las Humanidades para el estudio filológico, lingüístico, jurídico, histórico, filosófico, religioso y literario, entre otros. También se utiliza en la terminología científica, especialmente en la taxonomía biológica, o ciencia de la clasificación de los organismos. En la Iglesia Católica se utiliza para los documentos oficiales. Es la lengua oficial del Estado de la Ciudad del Vaticano, junto al idioma italiano.
Puesto
No está entre los 100 primeros. (Ethnologue 1996)
Familia
indoeuropeo
 itálico
  latino-falisco
   latín
Alfabeto
alfabeto latino
Estatus oficial
Oficial en
Organizado usando criterios geográficos
Regulado por
Opus Fundatum Latinitas
Códigos
ISO 639-1
la
ISO 639-2
lat
ISO 639-3
lat
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Extensión del Latín

El latín es una lengua de la rama itálica que fue hablada en la antigua República Romana y el Imperio Romano desde el siglo IX a. C. Su nombre deriva de la existencia de una zona geográfica de la península itálica denominada Vetus Latium o 'Antiguo llano' (hoy llamado Lacio).
Ganó gran importancia con la expansión del estado romano, siendo lengua oficial del imperio en gran parte de Europa y África septentrional, junto con el griego. Como las demás lenguas indoeuropeas en general, el latín era una lengua flexiva de tipo fusional con un mayor grado de síntesis nominal que las actuales lenguas romances, en la cual dominaba la flexión mediante sufijos, combinada en determinadas veces con el uso de las preposiciones; mientras que en las lenguas modernas derivadas dominan las construcciones analíticas con preposiciones, habiéndose reducido la flexión nominal a marcar sólo el género y el plural, conservando los casos de declinación sólo en los pronombres personales (teniendo estos un orden fijo en los sintagmas verbales).[1]
Aunque el latín en su forma clásica actualmente no es la lengua nativa de ningún grupo y, por tanto, es una lengua muerta, éste dio origen a un gran número de lenguas europeas, denominadas lenguas romances, como el castellano, el francés, el italiano, portugués, el catalán, el gallego, el rumano, y otras de menor difusión (el asturleonés, el aragonés, el occitano, etc.), y también ha influido en las palabras de las lenguas modernas, como consecuencia de que durante muchos siglos, después de la caída del Imperio Romano, continuó usándose en toda Europa como lingua franca para las ciencias y la política, sin ser seriamente amenazada en esa función por otras lenguas en auge (como el castellano en el siglo XVII o el francés en el siglo XVIII) hasta prácticamente el siglo XIX.
Actualmente es idioma cooficial en la Ciudad del Vaticano junto al italiano. En la Iglesia Católica, se usaba como lengua litúrgica hasta el Concilio Vaticano II en los sesenta.[2] También se usa para los nombres binarios de la clasificación científica del reino animal y vegetal, así como para denominar figuras o instituciones del mundo del Derecho.
El estudio del latín, junto con el del griego clásico, es parte de los llamados estudios clásicos, y aproximadamente hasta los años sesenta fue estudio casi imprescindible en las Humanidades. El alfabeto latino, derivado del alfabeto griego, todavía es el alfabeto más usado del mundo con diversas variantes de una lengua a otra.

Contenido

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[editar] Periodos en la historia de la lengua latina


La historia del latín comienza en el siglo VIII a. C. y llega, por lo menos, hasta la Edad Media; se pueden distinguir todos estos periodos:
  • Clásico: en una época de profunda crisis económica, política y cultural, la élite cultural crea, a partir de las variedades del latín coloquial, un latín estándar (para la administración y escuelas) y un latín literario. Es la Edad de Oro de las letras latinas, cuyos autores más destacados son Cicerón, Julio César, Tito Livio, Virgilio, Horacio, Catulo, Ovidio. Esto ocurrió aproximadamente en los siglos I a. C. y I d. C.
  • Postclásico: la lengua hablada se va alejando progresivamente de la lengua estándar, que la escuela trata de conservar, y de la lengua literaria. Esta distancia creciente hará que de las diversas maneras de hablar latín nazcan las lenguas románicas. Y la lengua escrita, que inevitablemente también se aleja, aunque menos, de la del periodo anterior, se transforma en el latín escolástico o curial.
  • Medieval: el latín como se conocía ya no es hablado, por ende, el latín literario se refugia en la Iglesia, en la Corte y en la escuela, convirtiéndose en el vehículo de comunicación universal de los intelectuales medievales. Mientras, el latín vulgar continuaba su evolución a ritmo acelerado. Ya que las lenguas romances fueron apareciendo poco a poco, unas antes que otras, y porque el latín seguía siendo utilizado como lingua franca y culta, no se puede dar una fecha en la que se dejó de utilizar como lengua materna.

[editar] Orígenes y expansión



Región del Lacio en Italia, donde surgió el latín.
El latín aparece hacia el año 1000 a. C. en el centro de Italia, al sur del río Tíber, con los Apeninos y el mar Tirreno al oeste, en una región llamada Latium (Lacio), de donde proviene el nombre de la lengua y el de sus primeros habitantes, los latinos.
En los primeros siglos de Roma, desde la fundación al siglo IV a. C., el latín era una lengua tosca, que apenas podía tener manifestaciones literarias o científicas, que tenía una extensión territorial limitada: Roma y algunas partes de Italia, y una población escasa. Era una lengua de campesinos.
Así lo demuestran las etimologías de muchos términos del culto religioso, del derecho o de la vida militar. Destacamos los términos stippulare ('estipular'), derivado de stippa ('paja') o emolumentum ('emolumento'), derivado de emolere ('moler el grano') en el lenguaje del derecho.
En este sentido, los latinos, desde época clásica al menos, hablaban de un sermo rusticus ('habla del campo'), opuesta al sermo urbanus, tomando conciencia de esta variedad dialectal del latín. «En el campo latino se dice edus ('cabrito') lo que en la ciudad haedus con una a añadida como en muchas palabras».[3]
Después del periodo de Dominación Etrusca y la invasión de los Galos (390 a. C.), la ciudad fue extendiendo su imperio por el resto de Italia. A finales del siglo IV a. C., Roma se había impuesto a sus vecinos itálicos. Los etruscos dejaron su impronta en la lengua y la cultura de Roma, pero los griegos, presentes en la Magna Grecia, influyeron más en el latín, dotándole de un rico léxico.
El latín de la ciudad de Roma se impuso a otras variedades de otros lugares del Lacio, de las que apenas quedaron algunos retazos en el latín literario. Esto hizo del latín una lengua con muy pocas diferencias dialectales, al contrario de lo que pasó en griego. Podemos calificar, pues, al latín de lengua unitaria.
Después, la conquista de nuevas provincias para el territorio, primero las Galias con César, hasta la de la Dacia (Rumania) por parte de Trajano, supuso la expansión del latín por un inmenso territorio y la incorporación de una ingente cantidad de nuevos hablantes.
Paralelamente a la expansión territorial de Roma, el latín se desarrolló como lengua literaria y como lingua franca, a la vez que el griego, que había tenido estos papeles antes. Desde el siglo II a. C., con Plauto y Terencio, hasta el año 200 d. C. con Apuleyo tenemos una forma de latín que no tiene ninguna variación sustancial.[4] o una gran expansión territorial.

[editar] Estratos del latín

El latín era una lengua itálica, eso significa que la mayoría de elementos gramaticales y la mayor parte de su léxico, provienen por evolución natural de las lenguas de dialectos y hablas indoeuropeas.
El idioma original de los grupos latinos al instalarse en la península itálica se vio influida por el contacto con hablantes de otros grupos tanto indoeuropeos (oscos, umbros, griegos, celtas) como no indoeuropeos (etruscos, cretenses, picenos, ilirios, ligures…).
Suelen distinguirse tres tipos de influencia sociolingüística:
  • sustrato, debido a hablantes que fueron asimilados a la lengua latina
  • superestrato, a causa de pueblos que temporalmente sometieron a los latinos
  • adstrato, provocada por el contacto con otros pueblos.
Esta distinción, sin embargo, puede no resultar del todo operativa; por ejemplo, el etrusco pudo haber sido a la vez substrato, adstrato y superestrato en diferentes épocas.

[editar] Influencia sustrato

Una influencia de sustrato provoca cambios lingüísticos causados por hablantes nativos que hayan sido asimilados y cuyas lenguas habrían ocupado la región antes de que se difundiera el latín entre ellas. A veces se habla, para indicar estas lenguas, de sustrato mediterráneo, que proporcionó al latín el nombre de algunas plantas y animales que conocieron al llegar; son lenguas muy poco conocidas, pues quedan sólo unos pocos restos escritos, algunos de los cuales aún no son descifrados. Un sustrato del latín arcaico en la ciudad de Roma y alrededores fue claramente la lengua etrusca.
En cuanto a la influencia osco-umbra al latín, es interesante observar la influencia que provocaron, ya que en ellas están configuradas ya algunas características fonéticas y fonológicas que más tarde aparecerán en las lenguas romances (ciertas palatalizaciones y monoptongaciones) pues muchos hablantes de lenguas itálicas al romanizarse conservaron ciertos rasgos fonéticos propios; incluso marginalmente dentro de las lenguas románicas.
Fenómenos de este tipo son la influencia céltica a la que se atribuye la lenición de las consonantes intervocálicas o la [y] francesa, el vasco (o alguna lengua parecida), al que se atribuye la aspiración de la /f/ española en /h/, o el influjo eslavo, culpable de la centralización de la vocales rumanas.
Sustrato etrusco: La influencia del etrusco en la fonología latina se refleja en el hecho de desarrollar algunas aspiradas (pulcher, 'hermoso') y la tendencia a cerrar -o en -u. Las inscripciones etruscas muestran una tendencia a realizar como aspiradas oclusivas sordas previamente inaspiradas, y poseía un sistema fonológico de sólo cuatro timbres vocálicos /a, e, i, u/, teniendo este último una cualidad entre [o] y [u] que habría influido en la tendencia del latín a cerrar algunas /*o/ en [u].
Además los numerales latinos duodeviginti ('18') y undeviginti ('19') son claramente calcos lingüísticos formados a partir de las formas etruscas esl-em zathrum ('18') thu-nem zathrum, '19' (donde zathrum es la forma etrusca para '20', esl- '2' y 'thun-' '1'). También es un hecho de sustrato del etrusco en latín el sufijo -na en palabras como persona, etc.

[editar] Influencia adstrato

Es la debida al contacto con pueblos que convivieron con los latinos sin tenerlos dominados ni depender de ellos. Este tipo de influencia se nota más en el estilo y léxico adquirido que en los cambios fónicos de la lengua. Los adstratos osco, umbro y griego son responsables del alfabeto y sobre lo relacionado con la mitología, pues los romanos tomaron prestados los dioses helenos, aunque con nombres latinos.
Adstrato griego: la entrada masiva de préstamos y calcos áticos y jónicos puso en guardia a los latinos desde tiempos muy tempranos, encabezados por Catón el Viejo en el siglo III a. C. Pero en la Edad de Oro de la literatura latina los romanos se rindieron ante la evidente superioridad del idioma griego. Bien pueden resumir este sentimiento los famosos versos de Horacio: «Graecia capta ferum victorem cepit et artis / intulit agresti Latio» («La Grecia conquistada conquistó a su fiero vencedor e introdujo las artes en el rústico Lacio»).[5]
Esta entrada masiva de helenismos no se limitó a la literatura, las ciencias o las artes. Afectó a todos los ámbitos de la lengua, léxico, gramatical y estilístico, de modo que podemos encontrar el origen griego en muchas palabras comunes de las lenguas románicas.
Después de la Edad Clásica, el cristianismo fue uno de los factores más potentes para introducir en la lengua latina hablada una serie de elementos griegos nuevos. Ej: παραβολη > parábola. Encontramos esta palabra dentro de la terminología retórica, pero sale de ella cuando se usa por los cristianos y adquiere el sentido de parábola, es decir, predicación de la vida de Jesús. Poco a poco va adquiriendo el sentido más general de «palabra», que sustituye en toda la Romanía al elemento que significaba «palabra» (verbum). El verbo que deriva de parabole (parabolare, parolare) substituye en gran parte de la Romanía al verbo que significaba «hablar» (loquor).

[editar] Influencia superestrato

Debida a pueblos que temporalmente sometieron a los latinos y que dejaron una marca en el habla; aquí hablamos del superestrato etrusco (el responsable del léxico del teatro y de la adivinación), galo o celta.
Superestrato germánico: desde antiguo los romanos tenían contactos con Germanía, y en estas relaciones predominó la influencia del latín. El centro principal de contactos se situaba en el valle del Rin, un territorio donde sobrevivían poblaciones célticas, cuya lengua empleada era el latín. De hecho, hay rastros de la administración romana en la toponimia, como por ejemplo Köln (Colonia).
Los elementos germánicos son el superestrato del latín en la Romanía occidental. Después de las invasiones, muchos elementos germánicos pasaron al latín. El flujo no se interrumpió en la formación de las lenguas románicas. Pueblos germánicos: godos, alemánicos, borgoñeses, francos, lombardos. Las influencias de estos pueblos en las lenguas románicas se dan mayoritariamente en el campo de la toponimia y la antroponimia. Aparte de estos, el número de préstamos es bastante reducido.
A pesar de todas las influencias que se reflejan fundamentalmente en el léxico y la fonética, la mayoría de elementos gramaticales y léxicos del latín son rastreables hasta el protoindoeuropeo.

[editar] Literatura latina

Artículo principal: Literatura en latín
El cuerpo de libros escritos en latín, retiene un legado duradero de cultura de la Antigua Roma. Los romanos produjeron una extensa cantidad de libros de poesía, comedia, tragedia, sátira, historia y retórica, trazando arduamente al modo de otras culturas, particularmente al estilo de la más madura literatura griega. Un tiempo después de que el Imperio Romano de occidente cayese, la lengua latina continuaba jugando un papel muy importante en la cultura europea occidental.
La literatura latina normalmente se divide en distintos períodos. En lo que respecta a la primera, la literatura primitiva, sólo restan unas pocas obras sobrevivientes, los libros de Plauto y Terencio; se han conservado dentro de los más populares autores de todos los períodos. Muchas otras, incluyendo la mayoría de los autores prominentes del latin clásico, han desaparecido, aunque bien algunas han sido redescubiertas siglos después.
El periodo del latín clásico, cuando la literatura latina es ampliamente considerada en su cumbre, se divide en la Edad Dorada, que cubre aproximadamente el periodo del inicio de siglo I a. C. hasta la mitad del siglo I d. C.; y la Edad de Plata, que se extiende hasta el siglo II d. C. La literatura escrita después de la mitad del siglo II es comúnmente denigrada e ignorada.
En el Renacimiento muchos autores clásicos fueron redescubiertos y su estilo fue conscientemente imitado. Pero sobre todo, imitando a Cicerón, y su estilo preciado como el perfecto culmen del latín. El latín medieval fue frecuentemente despreciado como latín macarrónico; en cualquier caso, muchas grandes obras de la literatura latina fueron producidas entre la antigüedad y la Edad Media, aunque no sea de los antiguos romanos.
La literatura latina romana abraza dos partes: la literatura indígena y la imitada.
  • La literatura latina romana indígena ha dejado muy pocos vestigios y sólo nos ofrece fragmentos verdaderamente arcaicos e intentos de arcaísmo deliberado que proceden fundamentalmente de tiempos de la República, de los emperadores y principalmente de los Antoninos.
La literatura latina romana imitada ha producido composiciones en que la inspiración individual se junta a la imitación más feliz, obras numerosas y elegidas que nos han llegado enteras. A veces, se han confundido las obras de origen italiano, producciones más toscas del genio agrícola o religioso de los primitivos romanos

 



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